Lillium

Tras la batalla de Hermile en los Años Oscuros, sólo quedó una tierra devastada cubierta por un mar de cenizas. Lo único que quedó en Hermile fue la Llama Eterna, que desde la falda de la montaña de fuego iluminaba la penumbra con indiferencia. Los hijos del fuego lloraron cuando vieron la devastación. La melancolía se adentró en sus corazones mientras escuchaban la historia que contaba la Llama Eterna, única testigo de la lucha. Y una mujer, mientras arrojaba un lirio rojo al fuego, con lágrimas en los ojos cantó.
LilliumLa boca del Justo exhala sabiduría
y su lengua será la que dicte sentencia.
Bendito es el hombre que resiste la tentación,
y por cada vez que superó la prueba,
recibirá la corona de la vida.
Oh, Ygnalos, fuente de santidad.
Oh, Dios, portador del Fuego Divino, ten piedad.
¡Cuán sagrada, cuán serena y cuán benévola
es la sonrisa del puro de corazón!
¡Cuán sagrado, cuán sereno y cuán benévolo
eres tú, oh, lirio de la bendición! Ver más poemas

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