Agua del arroyo blanco

Agua del arroyo blanco
que nace en mi corazón.
Agua que desborda mi ser
en el silencio de tu voz.

Eres como una estrella
desnuda ante la noche,
que deslumbra mi alma
con apacible derroche.

Eres mi único consuelo
cuando el sueño se me escapa.
Agua del arroyo blanco
que en mi cuerpo se desata.

Quiéreme,
para saber lo que es amar,
quiéreme,
como se quiere de verdad.

Agua del arroyo blanco
que fluye con tranquilidad,
dibujando un triste río
que va a morir en el mar.

Eres como el sol de la mañana
que acaricia las sencillas flores,
guiando mis errantes pasos
hacia un jardín de emociones.

Eres mi calma y mi tormento,
y el aire que me falta alguna vez.
Agua del arroyo blanco,
la única que calma mi sed.

Quiéreme,
para colmarnos de alegría,
quiéreme,
aunque sea por un solo día.

Agua del arroyo blanco
que brota de la Luna,
enredando con su estela
la raíz de mi amargura.

Eres como brisa de primavera
que llena las alas de las aves,
arrastrando con su suavidad
el triste cantar de mis pesares.

Eres lo primero para mí,
aunque ni siquiera me conoces.
Seguiré amándote en secreto,
hasta que al miedo al fin derrote.

Quiéreme,
como te quiero con todo mi ser,
quiéreme,
como se quiere por primera vez.

Agua del arroyo blanco
para saciar mis labios,
agua de tu primavera
que apague este pánico.

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