Negro corazón
Que los dioses te perdonen
por dejarme el alma rota
porque yo no puedo hacerlo:
siempre fui un poco idiota.
¿Qué le pido ahora a la vida?
Fuiste tú mi único anhelo.
Por el mundo voy perdido;
en nada encuentro consuelo.
¿Pero qué has hecho conmigo
cuando más yo te adoraba?
Con desprecio me pagaste
lo mucho que yo te amaba.
Sé que no volveré a verte,
porque aunque tú quieras verme,
un muro de frío orgullo
nos separa para siempre.
Ya sólo queda desierto
donde antes hubo un jardín.
Todo este sufrimiento
dejó honda cicatriz.
Y la vida sigue andando.
El mundo sigue su curso.
Sin embargo yo estoy muerto,
vagando sin ningún rumbo.
Pero a ti nada te importa,
pues ya tienes otro amor,
que no sabe que en tu pecho
hay un negro corazón.
Etiquetas: poesías
Comentarios
Deja un comentario