Ruiseñores

El hijo pequeño de un comerciante a menudo se cansaba del jolgorio de las aves que su progenitor vendía, mas incapaz de silenciarlas a las damas al pasar con gracia decía.
Aunque sea pájaro de ciudad,
yo soy un hombre de campo.
Me agradan los ruiseñores,
y cuando no los escucho
mi alma se llena de flores. Ver más poemas

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