Buscando tus huellas

Un hechicero se cruzó con una hija del bosque una temprana mañana de primavera. Solos en ese bosque solitario, se acercaron para desayunar juntos. No se dijeron nada, sencillamente se hicieron silenciosa compañía. Poco sospechaba el joven hechicero que había conjuros más poderosos que los que la magia podía trazar. Al cuarto día de aquel encuentro, el joven aún la recordaba, pero ahora sentía un dolor punzante en el pecho. Cambió su rumbo y se dispuso a buscarla por dondequiera que fuera, aunque no supiera ni su nombre.
La fortuna nos cruzó aquel día
y tu embrujo cautivó mi alma.
Quedé preso de tu muda poesía:
no puedo dejar de recitarla.

Tu rostro me acompaña a cada paso,
esté donde esté no me abandona.
Me sigue como luna tras el ocaso,
me envuelve cual dulce aroma.

PisadasAlgo se desgarra en mi ser
desde que nos separó el camino.
Sólo pienso en volverte a ver,
en unir al mío tu destino.

Sigo la luz del prodigio
que en mi mente hiciera mella.
Duermo pensando en tus labios,
vivo buscando tus huellas.

Mi futuro ya no me importa,
mi presente es lo único que siento.
No quiero fortuna ni gloria,
sólo darte lo que en mi pecho tengo.

Duermo pensando en tus labios,
vivo buscando tus huellas...

Ver más poemas

Etiquetas: ,