Lirio Dorado
Cazadora de Pesadillas
Son pocos los mortales que conocen a esta pequeña hada de los sueños, pues no suele dejarse ver casi nunca. Antes de mostrarse ante alguien lo espía muchas noches mientras duerme, estudiando y velando sus sueños. Si al final decide que la persona tiene su aprobación, aparece ante ella un momento. Al principio tímidamente, como una niña que se oculta tras las faldas de su madre ante un extraño. Su mirada destila inocencia y su carita, aunque a veces tiene una expresión de suspicacia, inspira una gran ternura. Si le agrada cómo ha reaccionado la persona, se va mostrando más a menudo y, cuando vence su timidez, descubre su carácter infantil y risueño revoloteando alrededor. Verla volar con sus minúsculas alitas es un espectáculo que llena de júbilo el corazón.
Lirio Dorado lleva una lanza pequeñita cuya punta acaba en un afilado cristal violeta. Con ella se defiende de cualquiera que intente hacerle daño, aunque no suele usarla porque puede esconderse con mucha facilidad. Su cuerpo es más pequeño que una mano y está cubierto por hojas y flores que desprenden una dulce fragancia. Su pelo es dorado como un amanecer y flota a su alrededor como si estuviera sumergido en agua. La mayoría del tiempo tiene los ojos del color de los brotes de hierba recién nacidos, pero cuando se enfada, y lo hace fácilmente, se tornan de un violeta encendido, en consonancia con el cristal de su lanza. Pasa con suma facilidad de la alegría al enfado, del mismo modo que el viento cambia de rumbo según sus caprichos. Escasas veces sus ojos cambian a otros colores.
Cuando le preguntan sobre su vida, afirma que procede de Flomnios, un reino ubicado en el mundo de los sueños. Nació, como todas las hadas de los sueños, de una preciosa flor. Ella lo hizo de un lirio dorado, de ahí su nombre. Allí vivía con Zanahoria y Margarita, sus mejores amigas. Habla frecuentemente de ellas si le dan la oportunidad. Juntas han vivido muchas aventuras, antes de hacerse lo suficientemente mayor para convertirse en cazadora de pesadillas. Desde entonces no las ve tan a menudo como le gustaría, porque su trabajo es muy importante. Vela por el sueño de las buenas personas, cazando sus pesadillas cuando tienen la mala idea de presentarse. Se enfada mucho cuando habla de ellas, moviendo la nariz como un conejo en señal de total desaprobación. Las odia incluso más que a la chispa de los ojos de las personas crueles, incluso más que a la gente que corta flores.
Frase:
"Nuestro corazón tiene la edad de aquello que ama."
Equipo preferido:
Lanza de cristal
Armadura de hojas
Etiquetas: Lirio Dorado, personajes