Téndaz Ilfar

Posadero

Téndaz Ilfar es un hombre de mediana edad con un acentuado sentido de la discreción y del saber estar. En su compañía, todo el mundo tiende a sentirse arropado por sus atenciones y a pensar que es especial para él. De forma natural se hace merecedor de la confianza hasta de los más desconfiados, que poco a poco van cediendo ante su capacidad de guardar cualquier secreto y su gran sentido de la lealtad y la neutralidad.

Aunque rara vez los lleva encima, Téndaz suele retirarse a tocar alguno de sus instrumentos preferidos cuando le embarga la nostalgia de sus tiempos de juventud, y a menudo no puede evitar tararear sus melodías predilectas cuando trabaja tras la barra de su posada. A pesar de ello, son pocos los que le han visto tocar o cantar.

Nadie sabe a ciencia cierta qué es la misteriosa esfera que lleva oculta en el delantal, porque casi nunca la libera en presencia de testigos. Cuando está libre flota en el aire yendo de aquí para allá, siempre cerca de su dueño, y parece estar ligada de alguna forma a sus emociones, ya que cambia del azul al naranja y se muestra serena o agresiva dependiendo, al parecer, de éstas.

TéndazCuando le preguntan sobre su pasado, Téndaz muestra una sonrisa nostálgica para, momentos después, explicar con vehemencia que una vez fue un bardo de renombre conocido en todos los lugares de los reinos de Valnessia. Cantaba sus historias a los doce vientos por caminos, posadas, teatros, palacios y castillos, y de todas partes acudían a escucharlas, desde niños y mercaderes hasta nobles y príncipes. Las veces que actuó en famosos e impresionantes teatros las entradas siempre fueron insuficientes para tantos espectadores. Su fama crecía y crecía, todos querían verle actuar, pues tenía historias del gusto de todos los oídos. Entonces la vio, tan bella como un frío amanecer de primavera que contiene toda la beldad de las flores a punto de estallar. Quedó hechizado desde el mismo momento en que sus ojos se posaron sobre los suyos. Aquellos tiempos fueron tan felices, hasta que...

Detiene su relato, acariciándose la barba, para mencionar quedamente que nadie recuerda su antiguo nombre, así que eso no tiene ya mayor importancia. Sus ojos brillan por las lágrimas. Parece que recordar le causa un gran dolor. Entonces continúa con que después, desde ya hace innumerables años, se convirtió en posadero de la Posada Lunazur —la posada más maravillosa que sin duda existe— y que ahora su dicha es también grande, pero no puede ocultar el brillo apagado que hay en lo hondo de su mirada y el vacío de su sonrisa.

Frase:
"La vida es como una buena copa de vino, hay que bebérsela saboreando al máximo cada sorbo."


Equipo preferido:

Esfera voladoraEsfera voladora
Flauta dulceFlauta dulce
Armadura de cueroArmadura de cuero

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